La ruta de la seda es un nombre evocativo que está asociado a aquella ruta comercial que conectaba China con Roma en el mundo antiguo y sobre la cual transitaban atravesando muchos kilómetros, la seda y otras mercancías.

Hoy en día China se está convirtiendo en una nación muy potente con una gran influencia en las escenas internacionales y está también creciendo mucho desde el punto de vista económico y militar. En 2013 el Presidente chino Xi Jinping anunció el proyecto colosal de construcción de una nueva ruta de la seda que en el siglo XXI revolucionará los equilibrios económicos de todas las áreas interesadas, influyendo directamente sobre Europa e Italia.

Gracias a la construcción de estos imponentes puentes ferroviarios todo el continente Euroasiático será cruzado, conectando directamente Europa y Rusia occidental a China a través diferentes orientaciones. Una verdadera e increíble revolución de los transportes mundiales que abarcará el transporte ferroviario y también marítimo.

En 2015 más de 40 países, incluida Italia, construyeron El Banco “Asian Infrastructure Investment Bank” (AIIB). El AIIB tiene el objetivo de hacer frente a las necesidades infraestructurales del proyecto: medioambientales, energéticas, logísticas, de transporte, de telecomunicaciones y muchos más.

El primer tren que ha recorrido esta larga ruta ida y vuelta salió de Yiwu y llegó a Madrid, después de haber cruzado Kazajstán, Rusia, Belarus, Polonia, Alemania y Francia.

¿Oportunidad o peligro? Seguramente se trata de una gran oportunidad para Italia también, si tiene la capacidad de aprovecharla.  El puerto de destino de la ruta de la seda en su ruta marítima es Trieste. A lo largo de todas las vías en construcción hay oportunidades de inversiones directas y posibilidades para las empresas de cooperación relanzando el sector ferroviario y no únicamente.

Todos los países que atravesará este camino tendrán beneficios y ganancias. La Unión Europea ya está llegando a acuerdos bilaterales con el fin de facilitar los comercios. En este contexto existe un acuerdo EU-VIETNAM para la eliminación, en los próximos diez años de los impuestos aduaneros entre los dos Países, noticia de la cual ya hemos hablado.

Un proyecto, del cual los medios no hablan mucho, con intención de cambiar de manera positiva el equilibrio y que comúnmente es conocido entre los operadores como “One Belt One Road”, la ruta de la seda en el siglo XXI.

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